Opinión: Las sustancias químicas son la base omnipresente de la vida, no algo que deba temer instintivamente

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Jul 24, 2023

Opinión: Las sustancias químicas son la base omnipresente de la vida, no algo que deba temer instintivamente

En nuestro vasto mundo interconectado, la mera mención de la palabra “productos químicos” a menudo puede provocar reacciones que van desde la inquietud hasta el absoluto temor. Titulares estridentes y segmentos de noticias llamativos tienden a

En nuestro vasto mundo interconectado, la mera mención de la palabra “productos químicos” a menudo puede provocar reacciones que van desde la inquietud hasta el absoluto temor.

Los titulares estridentes y los segmentos de noticias llamativos tienden a centrarse en sustancias nocivas, incidentes de contaminación o amenazas percibidas. Esta aprensión alimentada por los medios de comunicación, combinada con debates políticos sobre cuestiones medioambientales, ha pintado inadvertidamente a los productos químicos como villanos que acechan en las sombras, dispuestos a hacer daño a la más mínima provocación.

Si hacemos una pausa y reflexionamos, resulta evidente que la esencia misma de nuestra existencia está entrelazada con una intrincada danza de sustancias químicas. Desde el oxígeno que respiramos hasta el agua que calma nuestra sed; desde los nutrientes que alimentan nuestras células hasta las hormonas que gobiernan nuestras emociones: cada uno es una sustancia química o una combinación de sustancias químicas que trabajan en armonía para sustentar la vida.

El vasto universo de estos compuestos no se limita a nuestra biología. Los colores de una puesta de sol, la fragancia de una rosa e incluso la textura de nuestra tela favorita son manifestaciones de interacciones químicas.

Nuestra sangre corre con hemoglobina, una molécula que puede parecer extraña para algunos pero que es indispensable para la vida. Desempeña el papel vital de transportar oxígeno, un elemento necesario para la energía celular. Luego está la insulina, una hormona o “mensajero químico” que mantiene nuestros niveles de azúcar en sangre, asegurando que nos mantengamos enérgicos y saludables.

Además, nuestro cuerpo es depósito de lípidos y electrolitos. Estas no son sólo palabras elegantes de un libro de texto de biología; son los compuestos químicos que protegen nuestros órganos, almacenan energía, transmiten impulsos nerviosos y mucho más.

Sin embargo, a pesar de sus funciones indispensables, las sustancias químicas a menudo se convierten en blanco del escepticismo y el miedo, principalmente porque pueden parecer complejas o desconocidas.

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Es posible que muchos de nosotros no utilicemos con frecuencia términos como “glutamato” o “serotonina”, pero estas sustancias químicas son esenciales para nuestro bienestar físico y mental. Comprenderlos no se trata sólo de ciencia: se trata de apreciar la delicada danza de las moléculas que nos permite pensar, sentir, movernos y prosperar.

Mirar a los productos químicos con absoluta sospecha es pasar por alto las maravillas que traen a nuestra vida diaria. Consideremos los medicamentos que curan, las soluciones de energía limpia que alimentan nuestros hogares o la gran variedad de productos domésticos diseñados para nuestra comodidad. Cada uno es un testimonio de las formas ingeniosas en que hemos aprovechado el potencial de las sustancias químicas para el mejoramiento de la humanidad.

Desafortunadamente, nuestra sociedad no es inmune a la desinformación, especialmente en Internet y las comunicaciones entre pares. Algunos grupos de intereses especiales suelen promover la “quimiofobia”. Son maestros en pintar un panorama sombrío, desprovisto de contexto o matices. Desafían a las industrias que han sido fundamentales para nuestro progreso y bienestar, incluidos los sectores de energía, construcción, productos de consumo, agricultura moderna y salud.

El escepticismo racional y la ciencia revisada por pares deberían guiar nuestras decisiones, no miedos infundados ni hipérboles. Adoptar productos químicos no significa ignorar sus riesgos potenciales; significa incorporar y comprender sus beneficios, aplicaciones y papel esencial en nuestras vidas.

Refutar los productos químicos sería refutar la vida misma. Nuestros cuerpos, nuestra salud, nuestros alimentos, nuestro medio ambiente, todos están estrechamente vinculados y respaldados por sustancias químicas.

Mientras navegamos por las complejidades del mundo moderno, es importante que las personas se tomen el tiempo para resistirse a la aceptación automática del miedo y, en cambio, profundicen su comprensión, disipen mitos y aprecien las innumerables formas en que las sustancias químicas enriquecen y sustentan nuestras vidas.

Michael Vallante es consultor de pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro en todo el país. De 2017 a 2020, Vallante fue administrador asociado de la Oficina de Operaciones de Campo de la Administración de Pequeñas Empresas de EE. UU., supervisando las 68 oficinas de distrito en todo el país.

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